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dc.contributor.authorMacazana Fernandez, Dante Manuel
dc.date.accessioned2014-07-15T21:11:33Z
dc.date.available2014-07-15T21:11:33Z
dc.date.issued2013
dc.identifier.issn1728-5852
dc.identifier.urihttps://hdl.handle.net/20.500.12799/2943
dc.descriptionInvestigación Educativa, Vol. 17, No. 2, pp. 85-96es_ES
dc.description.abstractEn nuestros contextos, la formación continua de los docentes es prioritaria para responder a las necesidades de mejora de la calidad de la educación. En esta perspectiva; a pesar de los condicionamientos de carácter socioeconómico que ha creado la aplicación del neoliberalismo en nuestro país; se plantea como prioridad buscar con una nueva visión el desarrollo social, cultural y económico, a partir de las reflexiones, consensos y redefiniciones de la profesión docente y su función social, y en general de la educación y sociedad que necesitamos. Una concepción sobre el maestro debe distinguir una triple dimensión: intelectual, pedagogo y ciudadano, las cuales se ejercen en la práctica de forma conjunta y ejerciendo una influencia recíproca entre sí. El maestro como intelectual se debe presentar como un comprometido por la reproducción y desarrollo de la cultura, ciencia, arte y humanidades, y todo tipo de manifestación cultural y la problemática que las rodea. Esto le permitirá al maestro ejercer su dimensión como pedagogo, estudiando e investigando los fenómenos educativos y pedagógicos, en los diversos contextos que afronta, reflexionando y comprendiendo los aportes de la ciencia y tecnología, realizando apreciaciones críticas que le permitan aportar y replantear sus prácticas docentes. Asimismo, el maestro como ciudadano se debe presentar como un actor social activo y comprometido con la defensa de la educación pública, expresando una sólida formación de su conciencia ciudadana y una visión de formador de futuros protagonistas de la vida política nacional. En este sentido el maestro, en la escuela y en la sociedad debe ser un líder y ejemplo motivador para que los estudiantes se preocupen por los problemas sociales, el bien común y los valores necesarios para mejorar la calidad de vida en la sociedad. En este contexto y perspectivas, son los gobiernos y los gremios docentes los que deben priorizar la formación docente y la lucha pedagógica, con el propósito de contribuir con mejores propósitos educacionales, con una verdadera autonomía escolar alejada de las visiones privatizadoras, con una comunidad educativa más reflexiva y comprometida con los temas educativos, con nuevos planteamientos pedagógicos de instituciones representativas, con formaciones continuas de calidad basadas en reflexiones e investigaciones permanentes, y en el gran conocimiento del contexto y de las especificidades de los estudiantes.es_ES
dc.language.isospaes_ES
dc.publisherUNMSMes_ES
dc.subjectFormación docentees_ES
dc.subjectCalidad de la educaciónes_ES
dc.titleFormación continua : ¿hacia dónde vamos?es_ES
dc.typePaperes_ES


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