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dc.contributor.authorHarvard University. Center of the Developing Child
dc.date.accessioned9/14/2015 15:25
dc.date.available9/14/2015 15:25
dc.date.issued2015
dc.identifier.urihttps://hdl.handle.net/20.500.12799/3603
dc.description.abstractLas comunidades prósperas dependen del desarrollo exitoso de la gente que vive en ellas y construir los cimientos del desarrollo exitoso en la infancia requiere de relaciones receptivas entre niños y adultos y de entornos de apoyo. Poco después del nacimiento, las típicas interacciones de “servir y devolver” que ocurren entre los niños pequeños y los adultos que los cuidan afectan la formación de las conexiones neurales y el circuito del cerebro en desarrollo. En los siguientes meses, en la medida en que los bebés buscan una mayor participación mediante balbuceos, lloriqueos y expresiones faciales – y los adultos “devuelven el servicio” respondiendo con vocalización y expresividad similares– estos intercambios recíprocos y dinámicos literalmente moldean la arquitectura del cerebro en desarrollo. En contraste, si las respuestas de los adultos no son confiables, o son inapropiadas o simplemente no se producen, los circuitos del cerebro en desarrollo pueden verse perturbados y se perjudican el aprendizaje, el comportamiento y la salud subsecuentes.es_ES
dc.language.isoeses_ES
dc.publisherHarvard Universityes_ES
dc.subjectDesarrollo del niñoes_ES
dc.subjectNeurocienciaes_ES
dc.subjectAprendizajees_ES
dc.subjectComunicaciónes_ES
dc.titleLa ciencia de la negligenciaes_ES
dc.typeTechnical Reportes_ES


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