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dc.contributor.authorFranco, Ana Paula
dc.contributor.authorÑopo, Hugo
dc.contributor.authorGRADE. Grupo de Análisis para el Desarrollo
dc.date.accessioned2018-06-05T13:40:34Z
dc.date.available2018-06-05T13:40:34Z
dc.date.issued2018-05
dc.identifier.urihttps://hdl.handle.net/20.500.12799/5845
dc.description.abstractA pesar del crecimiento sostenido que ha experimentado el Perú durante la última década, aún existen indicadores de desarrollo que requieren mejoras importantes. Entre los más urgentes, los del mercado laboral. Ahí donde se genera cerca del 80% del ingreso de los hogares, 7 de cada 10 peruanos trabajan en empleos informales sin protección social alguna. Esta situación es incluso más complicada para los jóvenes —personas de 15 a 24 años— que recién buscan insertarse en el mercado laboral. La teoría económica señala que mejorar los resultados laborales pasa por incrementar el capital humano. En este informe, analizamos la situación de los jóvenes respecto a los principales medios para acumular capital humano: educación y trabajo. Los resultados son poco alentadores. En cuanto al trabajo, encontramos que cada vez menos jóvenes forman parte de la PEA y, para los que sí están dentro de ella, las condiciones laborales son deficientes: están desempleados, subempleados —ganan menos del salario mínimo— y desprotegidos —no cuentan con seguro de salud, pensiones ni contratos a plazo fijo—. En lo que respecta a educación, los jóvenes sí acumulan años de estudios, pero esto es insuficiente, puesto que no adquieren las habilidades que el mercado laboral prioriza. Debido a los avances tecnológicos, las empresas requieren más habilidades socioemocionales — determinación, extroversión, estabilidad emocional— que cognitivas, y los jóvenes peruanos carecen de ellas. La situación educativa es incluso más preocupante entre los jóvenes pobres y las jóvenes mujeres. Esto último se explica, principalmente, por la alta incidencia de embarazo adolescente en el Perú. La situación es, entonces, muy poco alentadora. ¿Qué hacer? Primero, por el lado de los jóvenes —la oferta—, ellos precisan mejorar sus habilidades. Iniciativas como Beca 18 permiten el acceso a educación superior de buena calidad; sin embargo, los jóvenes pobres no las conocen y por ello se requiere una mayor cobertura y difusión. Asimismo, son claves los programas de colocación laboral —Red CIL PROEmpleo, PROJoven— y el mayor acceso a información pública —Ponte en Carrera—. Segundo, por el lado de las empresas —la demanda—, estas deben especificar detalladamente las habilidades que requieren para sus empleos. Esta información es perfecta para ellas, pero no para sus postulantes.es_ES
dc.formatapplication/pdfes_ES
dc.language.isospaes_ES
dc.publisherGRADEes_ES
dc.relation.ispartofseriesAvances de investigación;37
dc.rightsinfo:eu-repo/semantics/openAccesses_ES
dc.rights.urihttp://creativecommons.org/licences/by-nc-nd/2.5/pe/es_ES
dc.sourceMINISTERIO DE EDUCACIÓNes_ES
dc.sourceRepositorio institucional - MINEDUes_ES
dc.subjectJóveneses_ES
dc.subjectEducaciónes_ES
dc.subjectMercado de trabajoes_ES
dc.subjectEmpleoes_ES
dc.subjectPobrezaes_ES
dc.subjectEmbarazo de adolescenteses_ES
dc.subjectDesempleoes_ES
dc.subjectEvaluación PISAes_ES
dc.subjectDesarrollo de las habilidadeses_ES
dc.subjectPolítica salariales_ES
dc.subjectPerúes_ES
dc.subjectPrograma Beca 18es_ES
dc.titleSer joven en el Perú : educación y trabajoes_ES
dc.typeReporte técnicoes_ES


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