dc.description.abstract | Brinda una mirada alternativa, y ciertamente complementaria, a la que comúnmente se emplea para evaluar la eficacia de los programas sociales, al preguntarse cuán progresivos o regresivos estos son. Esta pregunta se aborda no solo desde la perspectiva del conteo de beneficiarios, sino además desde la incidencia o el impacto que la intervención pública tendría sobre el bienestar a través de las «transferencias efectivas» del Estado hacia los beneficiarios. Así, se analizan conjuntamente las dimensiones de cobertura (si la ayuda efectivamente llegó a la población objetivo) e
impacto (qué efectos en el ahorro familiar produjo una vez que llegó). De modo consistente con la literatura sobre la gestión de estos programas, se encuentran niveles elevados en las tasas de infiltración (el porcentaje de usuarios del programa que no son parte de la población objetivo) y en las tasas de subcobertura (el porcentaje de la población objetivo que no es atendida), lo que revela una gestión muy lejana a la deseada. Estos resultados se centran en quienes se benefician del programa (o no), al margen de cuánto perciben o dejan de percibir por no hacerlo. El análisis se centra en cuatro de los programas más emblemáticos del país: Vaso de Leche, Comedor Popular, Desayuno Escolar y Seguro Integral de Salud. De hecho, el enfoque sugerido en este documento permite estudiar simultáneamente programas de distinta naturaleza (nutricionales y de salud) y con diferentes objetivos, al ubicar el impacto sobre el gasto
de las familias como la unidad de análisis (esto es, en términos monetarios). Asimismo, el enfoque establece un vínculo natural entre la gestión de los programas y sus efectos sobre la distribución del gasto, es decir, si esta gestión induce un componente regresivo. | es_ES |