dc.description.abstract | El estudio aborda el llamado bienestar subjetivo sobre la base de la propia perspectiva de los adolescentes a quienes se hace seguimiento en el estudio Niños del Milenio.
Los entrevistados son un subgrupo de los jóvenes –cohorte mayor– del estudio Niños del Milenio, que viven en cuatro distritos del Perú. A ellos –al igual que a un subgrupo de niños de la cohorte menor– se les visita en más ocasiones que a sus pares de la muestra general para poder conversar con ellos en profundidad. La concepción de bienestar de los jóvenes varía de acuerdo a los entornos y las etapas que los jóvenes van atravesando. Por ello, las autoras contextualizan las percepciones y recogen sus
cambios y continuidades, según el momento particular que viven estos jóvenes en dos de las rondas de recojo de información cualitativa. Durante la primera de estas, en el 2007, estos chicos y chicas estaban empezando la secundaria, mientras que en la tercera, en el 2011, muchos se encontraban concluyéndola y transitando hacia el mundo adulto. En tal sentido, se encuentra que sus preocupaciones y expectativas respecto al ámbito educativo se enmarcaban en tales años en dichos escenarios: el inicio de la secundaria y la importancia de su rendimiento escolar, así como en el fin de la secundaria y la continuidad de sus estu dios. Entre los indicadores de bienestar transversales a ambas rondas destacaron el mantener una buena relación con sus padres y contar con buenos amigos. Asimismo, tanto en 2007 como en 2011, en zonas urbanas y rurales, los jóvenes subrayaron la importancia del acceso a la educación y del buen desempeño académico. Además, mencionaron que gozar de una buena situación
económica podría contribuir de manera positiva al bienestar. En cambio, los chicos y chicas, en ambas rondas, coincidieron en que la pérdida del apoyo de sus padres –por muerte o discapacidad– como el principal riesgo a su bi enestar. La protección es, sin duda, un factor relevante en la configuración de lo que ellos señalan como “vivir bien”. En
tal sentido, ser víctimas de violencia, sea emocional o física, tanto en casa como en la escuela, constituía también una amenaza a su bienestar. El sentimiento de soledad fue identificado como otro elemento de riesgo importante pues se asocia a la falta de aceptación, así como a la ausencia de soporte para encarar dificultades. Otro hallazgo de la investigación es la ambivalencia del trabajo como factor que les perjudica o beneficia. Principalmente en las zonas rurales, más varones dijeron en el 2011 que el trabajo podría constituir una amenaza frente a sus estudios, pero también lo señalaron como medio importante para afrontar la pobreza de sus familias, además de darles habilidades relevantes para su vida cotidiana. El embarazo adolescente se señaló como un riesgo en ambas rondas en la medida en que cambiaría radicalmente sus vidas y perspectivas. Sin embargo, en el 2011 se identificó con mayor frecuencia como una amenaza a su bienestar debido a la edad y fase de transición hacia la vida adulta en que se encontraban los jóvenes. De manera general, los adolescentes expresaron que su bienestar depende de múltiples factores, muchos vinculados a la educación, y donde juegan un papel relevante la familia y los pares. Ellos esperaban oportunidades para seguir educándose después de finalizar el colegio, y obtener trabajos mejor remunerados que los de sus padres. Los jóvenes se veían como dueños de su vida, capaces de superarse y brindarse, a ellos y a sus familia s, mayor bienestar. | es_ES |