dc.description.abstract | En la discusión actual sobre la ciudanía en democracia es central admitir una crisis en la
educación (NUSSBAUM, 2010; BERKOWITZ, 2001). Resulta inevitable, así, desde una perspectiva de la historia de la filosofía, citar lo enseñado por máximos teóricos políticos, si queremos comprender por qué la imagen educativa antigua resulta problemática y no del todo satisfactoria para los estados democráticos de hoy. Sin duda la educación ha sido responsable de la formación del carácter y de la opinión de las personas. Pero al observar la historia de la institución, parece claro que se propone no solo formar los hábitos de las personas, sino acotar sus conocimientos de tal modo que prevalezcan un conjunto de opiniones por sobre otras (RUSSELL, 1961). Nuestro propósito es develar los supuestos teóricos de las doctrinas políticas de dos figuras representativas de la antigüedad y modernidad: Aristóteles y Locke, respectivamente. Nuestro alcance ulterior será abrir la reflexión acerca de si la imagen antigua de la virtud, o su antagonismo o posible uso en el liberalismo tiene algún poder representacional para reflejar las condiciones actuales de equidad y justicia buscadas en la vida ciudadana en democracias estables de Latino América. | es_ES |