Trabajo decente e igualdad de género : políticas para mejorar el acceso y la calidad del empleo de las mujeres en América Latina y el Caribe
Date
2013Author
CEPAL. Comisión Económica para América Latina y el Caribe
FAO. Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura
PNUD. Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo
ONU Mujeres
OIT. Organización Internacional del Trabajo
Metadata
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Frente al escenario de incertidumbre mundial y la crisis en la que se debaten algunas
de las economías más desarrolladas, los países de América Latina y el Caribe han resistido los embates externos con mayor vigor y menores costos que en el pasado, y persisten en su búsqueda de vías que permitan sostener el crecimiento y acelerar los avances hacia una mayor equidad e igualdad en la región. Este Informe Regional, concentrado en el empleo de las mujeres de la región, llega en un momento oportuno para contribuir a la reflexión y la acción en torno a algunos de los problemas más acuciantes que afectan a las trabajadoras. Si América Latina y el Caribe quiere abordar eficazmente sus enormes desigualdades sociales, necesita concentrar esfuerzos, recursos y espacios en las políticas públicas orientadas hacia las mujeres, pues son ellas las más vulnerables a la pobreza, quienes reciben los salarios más bajos, a la vez que los destinan en mayor medida al bienestar familiar. Es posible hacerlo: los avances en materia educacional en la región lo reflejan. Si bien persisten desafíos muy importantes, el esfuerzo educacional en la región ha permitido un aumento del nivel de escolaridad femenina, particularmente notorio entre las más discriminadas, como las mujeres afrodescendientes, por ejemplo. No sólo hay desigualdad de género, sino que también se observan enormes desigualdades entre las mujeres. En América Latina y el Caribe no es lo mismo ser una mujer indígena o afrodescendiente, joven, residir en zonas urbanas o rurales, vivir en su país o ser migrante, tener o no hijos, estar en la tercera edad. Las desigualdades de género son consecuencia directa de las perspectivas tradicionales sobre el lugar y el papel que deben ocupar las mujeres en la sociedad, basadas en prejuicios y discriminaciones, que no sopesan los avances que ha experimentado la región y sus efectos en las sociedades. La superación de estos y otros problemas que afectan a las mujeres requiere caminar en la dirección de sociedades más inclusivas e igualitarias. Para ello es prioritario y urgente invertir en la construcción de la igualdad de género, donde la autonomía económica de las mujeres juega un papel fundamental. Y esta se construye con la generación de trabajo decente para las mujeres, con protección social y sistemas para el cuidado. A la construcción de sociedades más inclusivas e igualitarias deberían concurrir las políticas públicas hacia el trabajo, fortaleciendo la inserción, la permanencia y el ascenso de las mujeres en el mercado laboral, en condiciones de igualdad. Solamente con políticas que contengan tales ingredientes, los problemas estructurales podrán ser superados. Todavía la región carece de políticas públicas bien estructuradas y con una perspectiva estratégica en relación al trabajo, donde se incluya la generación de empleos de calidad y la no discriminación en todas sus dimensiones.