América Latina después de PISA : lecciones aprendidas de la educación en siete países (2000-2015)
Abstract
Los sistemas educativos de América Latina enseñan mejor y a más alumnos luego de los primeros quince años del siglo XXI. ¿Qué tanto mejor? ¿A qué alumnos? ¿Qué sistemas? ¿Cómo lo lograron? ¿Qué tanto más podrían haber conseguido? ¿Qué tanto queda por mejorar y qué tanto por cambiar en el futuro? ¿Cómo aprender las lecciones del pasado para conseguirlo?
Estas preguntas resumen el esquema y el propósito de este libro. El nuevo siglo es un buen punto de referencia. No solo porque empezar de cero permite encerrar un período nuevo y someterlo a análisis. Dos motivos mayores explican la periodización elegida. El primero es que el nuevo siglo fue prometedor para América Latina. Desde 2003 en especial, los países de la región tuvieron un período de oro de crecimiento económico y reducción de la pobreza. Esto permitió afrontar nuevos y poderosos desafíos educativos. Fue un tiempo de consolidación y renovación democrática. Con mayor financiamiento educativo, las políticas se expandieron, se diversificaron y llegaron a fronteras antes no imaginadas. El mapa de la región fue intenso, variado, dilemático e imprevisible. Gobiernos de distintos signos políticos experimentaron políticas comunes y divergentes. Todo esto había sido poco estudiado. Al menos de forma integrada, sistemática y comparada entre varios países. Era un tiempo fascinante para el análisis y estaba escasamente sintetizado. Faltaban relatos que lograran entrar en los problemas y dilemas sin un lenguaje meramente descriptivo y sin los excesos de identificación política que sesgan las miradas. Esto es lo que se intentó realizar: una síntesis sensata y profunda del mapa de las políticas educativas implementadas en América Latina durante los primeros quince años del nuevo siglo. El segundo motivo disparador de la periodización fue que en 2000 aparecieron las pruebas PISA de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Este hecho marcó a fuego la educación de la región, o al menos los discursos sobre ella. Varios países participaron con distinta asiduidad en las ediciones trienales de PISA. ¿Qué suerte les tocó en la empresa de ser observados y comparados, con sus aulas a puertas abiertas? ¿Qué misterios se desataron y cuáles se anudaron al mismo tiempo? Luego de cinco ediciones de las pruebas PISA (2000, 2003, 2006, 2009 y 2012) fue posible analizar a los países en su evolución en el tiempo. PISA no solo fue una fuente de información valiosa sobre los aprendizajes de los alumnos, sino también sobre los sistemas educativos, su oferta, sus condiciones y, en parte, sus políticas. El estudio no pretendió explicar causalmente los resultados de PISA. Al
contrario, como se verá, en buena medida es necesario “des-explicarlos” para poder entenderlos. “Des-explicarlos” en el sentido de quitarles la carga de sentido común, las acusaciones, las malas intenciones en las lecturas de los datos o
la simple confusión que generan los números sin contexto. Mucho de lo que se piensa que ocurrió en los países de América Latina en PISA será desmitificado por el presente libro. Quizás mucho más de lo esperado antes de comenzar
el proceso de la investigación. Pero también mucho de lo que cuenta PISA, en sus planos más conocidos y en sus pliegues internos de incontables bases de datos, es valioso para el análisis. Datos de la calidad y equidad educativa, rasgos de los sistemas, su evolución en el tiempo, sus variaciones dentro de los países y entre regiones, todo ese material tiene una riqueza notable para estudiar la política educativa. Para esto, también fue clave la aparición de las pruebas SERCE y TERCE de la UNESCO, que se aplicaron en 2006 y 2013 en el nivel primario, especialmente diseñadas para los países de América Latina.