Tecnología y escuela : lo qué funciona y por qué. Documento básico
Abstract
Ofrece una visión de conjunto sobre qué es lo que funciona en materia de tecnología y educación escolar, mediante
el análisis de los datos disponibles, ofreciendo un marco teórico que permita interpretar por qué determinados planes, estrategias y actividades funcionan y otros no y, finalmente, realizando algunas recomendaciones que permitan informar la toma de decisiones tanto en el aula y en el centro escolar como en el sistema escolar en su conjunto. En el seno de un aula se suceden un sinnúmero de actividades a lo largo de la jornada escolar. La sola idea de intentar resumir todos los usos posibles de la tecnología en el aula, tomando en consideración las distintas necesidades y expectativas en relación con las características de los alumnos (contexto social, edad, aptitudes, motivación…) y áreas curriculares, parece en sí misma un verdadero despropósito destinado al fracaso. A lo largo del documento, la expresión «tecnología» se utiliza para referirse al conjunto de redes, dispositivos, aplicaciones y contenidos digitales que se utilizan tanto para comunicarse con otras personas como para obtener, producir o compartir información. Se ha optado en este documento por centrar la atención exclusivamente en la educación obligatoria, que es la que concentra mayor atención en este ámbito. Las peculiaridades de otros niveles educativos, empezando por las
características de los alumnos o los distintos objetivos educativos, exigirían un tratamiento diferenciado en el caso
de las enseñanzas universitarias, la formación profesional o la educación infantil. El documento de trabajo se divide en cinco partes. La primera sintetiza brevemente las razones por las cuales debería esperarse un mayor y mejor uso de la tecnología en educación. La segunda parte presenta un balance del estado de la cuestión, mostrando algunos datos disponibles acerca del uso real de la tecnología en los centros escolares y la distancia que la realidad mantiene con respecto a las expectativas de partida. Así las cosas, la tercera parte ofrece un horizonte razonable para avanzar hacia una educación escolar de mayor calidad aprovechando con realismo las oportunidades que la tecnología ofrece. No se trata de incrementar sin más la intensidad del uso de la tecnología, sino de interrogarse acerca de los beneficios que las soluciones tecnológicas podrían aportar para conseguir que los alumnos aprendan más, mejor y distinto, traduciendo este lema en términos prácticos y factibles para la generalidad de docentes. La cuarta parte ahonda en las razones que explican qué es lo que funciona y que, por tanto, permiten tomar decisiones informadas si se desea sacar partido de la tecnología en el aula, en el centro escolar o en el sistema en su conjunto. La quinta y última parte establece algunas conclusiones transversales a los capítulos previos y avanza, al mismo tiempo, la agenda pendiente de investigación.