Aprendices para el siglo XXI ¿Un modelo para América Latina y el Caribe?
Date
2016Author
Victoria Fazio, María
Fernández-Coto, Raquel
Ripani, Laura
Metadata
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Para los hacedores de políticas de los países de América Latina y el Caribe (ALC), los desafíos que enfrenta el mercado de trabajo juvenil son un motivo de preocupación y, en consecuencia, buscan posibles soluciones para ampliar el acceso a empleos de calidad mejorando las habilidades de los jóvenes y abriendo vías positivas de empleabilidad. Al mismo tiempo, las empresas de todos los sectores de las economías de la región no encuentran el talento humano que necesitan y están preocupadas por la falta de habilidades técnicas y blandas de los postulantes. Existen varios instrumentos para promover que los jóvenes mejoren sus habilidades y su empleabilidad. Los sistemas de aprendices son uno de esos instrumentos que han resultado exitosos en otras regiones, y por esta razón los países de ALC están cada vez más interesados en este enfoque. El estudio pretende desagregar los sistemas de aprendices en sus distintos elementos. En primer lugar, a partir de una amplia revisión bibliográfica, propone una definición de los programas de aprendices que los diferencia de otras modalidades de capacitación. En segundo lugar, analiza en profundidad los elementos esenciales y principios guía que son fundamentales para los programas de aprendices —tanto su diseño como su implementación— y presenta ejemplos de las mejores prácticas empleadas alrededor del mundo, que los países de ALC podrían aplicar adaptándolas a su propio contexto. En tercer lugar, evalúa programas similares que existen en la región y brinda un panorama de los retos que estos enfrentan. Al presentar posibles soluciones para abordar tales retos, el estudio arroja luz sobre la transferibilidad al contexto de la región de los modelos tradicionales de sistemas de aprendices (como los de Alemania, Austria, Australia, el Reino Unido, entre otros), así como de los mencionados elementos esenciales y principios guía. Por último, en un intento de cerrar la brecha entre la teoría y la práctica, proporciona tanto a hacedores de políticas como a empleadores un conjunto de herramientas para ayudar a hacer las preguntas pertinentes al momento de diseñar nuevos programas o modernizar los ya existentes. Según lo observado en la exhaustiva revisión bibliográfica realizada en el marco de este estudio, se puede concluir que los programas de aprendices efectivos deben estar orientados por 10 elementos esenciales, a saber: i) alineación con las estrategias de desarrollo del país; ii) mecanismos adecuados de gobernanza; iii) alto nivel de participación y compromiso por parte de los empleadores; iv) estructuras adecuadas de financiamiento e incentivos; v) mecanismos robustos que aseguren el diseño de currículos pertinentes a las necesidades del mercado laboral; vi) adecuada implementación del currículo; vii) metodologías de evaluación que sean apropiadas a la ocupación para la cual se capacita al aprendiz; viii) certificación y oportunidades de progresión laboral y educativa para el aprendiz; ix) apoyo mediante servicios de orientación vocacional y profesional para aprendices y mediante asesoría para empresarios para la implementación de programas de aprendices; y por último, aunque no por ello menos importante, x) fuertes mecanismos de aseguramiento de la calidad en la ejecución de los programas de aprendices, que deben permear todos los elementos antes mencionados y contar con un alto grado de articulación con sistemas más amplios de desarrollo de habilidades en los países. Las conclusiones del análisis sobre cómo los programas de aprendices difieren de otras modalidades de capacitación y sobre los elementos esenciales y principios guía de esos programas indican que los países de ALC están aún muy lejos de las experiencias avanzadas en esa materia, porque sus programas carecen tanto de las características básicas de los programas de aprendices (es decir, aquello que los diferencia específicamente de otros tipos de programas de capacitación) como de las características de los sistemas de desarrollo de habilidades efectivos que faciliten las condiciones para que los programas de aprendices sean eficaces y sostenibles en el tiempo. La región ha dado pasos importantes en el diseño e implementación de estos programas, pero queda mucho más por hacer en el futuro para crear programas realmente eficaces y sostenibles. Hay claros indicios de que los países de la región tienen una valiosa oportunidad de mejorar sus programas de este tipo, ya sea mediante elementos que son específicos de los sistemas de aprendices (por ejemplo, la relación empresa-aprendiz con un plan de capacitación estructurado, la ratio entre capacitación dentro y fuera del lugar de trabajo, etc.), o bien mediante características que son importante para el funcionamiento de los programas de aprendices pero que forman parte de la arquitectura de un sistema de desarrollo de habilidades más amplio (por ejemplo, un marco nacional de cualificaciones, la colaboración público-privada, desarrollo de currículums formativos, sistemas de certificación, etcétera).