Respuesta y resiliencia
Abstract
Los estudiantes de la costa de Perú, estaban preparados para comenzar un nuevo año escolar cuando semanas de lluvias inusualmente intensas a principios de 2017 causaron inundaciones extendidas y deslaves devastadores. En Piura, las inundaciones desplazaron a aproximadamente 150,000 personas e impactaron a 950,000. Tras la destrucción en más de 50 escuelas y daños adicionales a 1,800, muchos niños no pudieron comenzar el nuevo año escolar que tradicionalmente comienza a finales de marzo. La UNESCO, como organización comprobada experta en la Evaluaciones de Necesidades Posteriores a Desastres (PDNAs), desplegó rápidamente una misión para determinar el costo estructural y financiero de la educación en Piura. El equipo que se ensambló, pasó 30 días visitando toda la región para documentar el estado de la infraestructura educativa y los desafíos que enfrentan los estudiantes, maestros y personal administrativo. El equipo descubrió que muchas de las restantes instalaciones escolares se habían transformado en refugios temporales para las familias desplazadas, lo cual podría socavar los esfuerzos para lograr que los niños regresen a sus aulas.