dc.description.abstract | La Encuesta Nacional de Estudiantes de la Educación Superior Universitaria (ENEESU) tuvo como objetivos 1) caracterizar a los estudiantes universitarios a nivel socioeconómico, académico y cultural, así como a sus percepciones sobre la calidad del servicio universitario y los desafíos encontrados; 2) brindar seguimiento a indicadores clave para mejorar las acciones de los actores involucrados en el servicio educativo universitario y 3) brindar información que permita la retroalimentación al sistema educativo respecto a las políticas, intervenciones y programas implementados. Para la edición del año 2019, se logró encuestar a 63 mil 412 estudiantes de 18 universidades públicas, en el marco de los Convenios de Gestión firmados entre el Ministerio de Educación y las instituciones mencionadas. La población de estudio estuvo definida por los estudiantes registrados en el Sistema de Recolección de Información de Educación Superior – SIRIES al año 2019, quienes se encontraban estudiando hasta el séptimo año (para carreras relacionadas a medicina). En cuanto a la cobertura temática, la ENEESU incluyó 10 módulos con diversas temáticas, que van desde el nivel socioeconómico de los estudiantes, hasta las características de su trayectoria educativa y las percepciones sobre el servicio educativo recibido. Asimismo, los resultados muestrales alcanzan un 97.5% de nivel de confianza estadística cuando el número de estudiantes encuestados es mayor o igual a 1500 observaciones y; 95%, cuando se tiene menos de 1 mil 500 observaciones. Respecto a las características generales de los estudiantes, al hacer un análisis desagregado por sexo se encontró que el 54% de ellos fueron hombres, mientras que el 46% fueron mujeres. En esta línea, se aprecia que las carreras de Ciencias de la Salud y Educación continúan siendo áreas mayoritariamente femeninas, mientras que las Ingenierías, Industria y Construcción se mantienen como campos preponderantemente masculinos. Lo anterior se refleja en la composición de las universidades analizadas, donde no resulta sorpresivo que en casos como la Universidad Nacional de Ingeniería solo 2 de cada 10 estudiantes son mujeres. Por su lado, el 18.6% tienen edades comprendidas entre 17 y 20 años, proporción que se mantiene relativamente estable al hacer una desagregación por carrera; solo en el caso de Educación se observa un porcentaje ligeramente mayor de estudiantes con 23.0% para este mismo grupo de edad. Respecto a las características de la pertenencia a un pueblo indígena o a la población afroperuana, se encuentra que, a partir de las variables de lengua materna y la autoidentificación étnica, el 12.6% del total de los estudiantes participantes de la encuesta pertenecen a pueblos indígenas y el 1.1% a la población afroperuana o afrodescendiente. Al desagregar por carrera, la mayor parte de los estudiantes pertenecientes a una comunidad campesina o nativa se encuentran estudiando carreras vinculadas a Educación y Agropecuaria y Veterinaria, mientras que el porcentaje menor se encuentra en Ciencias de la Salud. Por otra parte, es importante identificar cómo estas poblaciones perciben su desempeño
universitario, a fin de determinar medidas apropiadas para acompañar su mejora. Así, se aprecia que 3 de cada 10 estudiantes indígenas o que pertenecen a la población afroperuana consideran que se encuentran en desventaja académica, siendo las mujeres las que más la perciben. En esta línea, consideran que dicha desventaja se relaciona principalmente con su dificultad para manejar herramientas informáticas. Sobre el acceso a servicios educativos para enfrentar dichos problemas, se encuentra que 4 de cada 10 estudiantes no los han recibido, y los que sí lo hicieron recibieron apoyo principalmente a través de actividades de nivelación e inducción en el uso de bibliotecas. Sobre problemáticas no académicas, un 11.4% de los estudiantes pertenecientes a comunidades indígenas o población afroperuana sintieron temor de expresar su identidad cultural alguna vez, y un 14.1% reporta haber sufrido de discriminación por parte de algún miembro de la universidad; esta percepción es más alta en los hombres, si bien la diferencia con las mujeres es pequeña. Respecto a las características de la vivienda y el hogar se encontró, en primer lugar, que el 1.8% de los estudiantes cuenta con viviendas que tienen paredes exteriores y piso precarias, siendo particularmente crítica la situación de varias universidades de la selva, donde más del 12% de la población estudiantil enfrenta esta situación. Asimismo, en algunas universidades de la selva y la sierra, más de la tercera parte de los estudiantes no tiene acceso al servicio de agua; en el caso de la U.N. Intercultural de la Amazonía 3 de cada 5 estudiantes no tienen servicios de alcantarillado en sus hogares. Pasando al acceso a las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC), más del 90% de los encuestados cuenta con al menos una de ellas, si bien en la carrera de Educación la brecha
de acceso alcanza un 13.6%, siendo más alta que los demás casos. Específicamente en relación al acceso a internet, prácticamente 7 de cada 10 estudiantes cuentan con dicho servicio en el hogar, siendo los principales dispositivos para hacerlo los celulares y laptops. Finalmente, se encontró que el ingreso promedio per cápita del hogar del estudiante fue de 991 soles, monto que asciende a 1091 soles en el caso de los hombres, por lo que se evidencia una brecha definida por sexo. Los ingresos más altos se reportan en cinco universidades de la costa, mientras que en el resto de ellas el ingreso per cápita de los estudiantes no supera el salario mínimo. Respecto a las características educativas previas al ingreso a la universidad, los datos mostraron que el 66.1% de los participantes terminó la secundaria en una institución de gestión pública, aunque en algunas universidades ubicadas en Lima se encontró que más
del 50% provino de instituciones educativas privadas. Al pasar al detalle de las postulaciones, en el caso del grupo de edad de 17 a 20 años el 50.5% de los estudiantes postuló luego de un año de egreso de la educación básica, en tanto en el grupo etario de 26 a más años a casi el 60% le tomó más de 3 años postular. Ahora bien, sobre el tipo de preparación requerida para la postulación, se aprecia que aproximadamente 4 de cada 5 estudiantes universitarios recurrieron a academias y/o centros preuniversitarios, en la mayoría de los casos incurriendo en gastos menores a 1500 soles. Al examinar los datos por universidad, se observa que en 16 de las 18 universidades más del 50% de los estudiantes recurrieron a academias y/o centros preuniversitarios. Lo anteriormente señalado tiene un correlato en el tiempo adicional que tomó realizar la preparación. Resalta que un 36.6% de los estudiantes haya requerido más de un año de preparación, comparado al 20.5% de estudiantes que necesitó menos de tres meses. Analizando a nivel de área de conocimiento, puede concluirse que las áreas de Ciencias de la Salud e Ingeniería, Industria y Computación son las que más tiempo de preparación previa requirieron antes de postular a ellas, y en 4 de las 18 universidades los estudiantes necesitaron prepararse
por más de un año. Finalmente, la elección de la carrera obedeció principalmente a la orientación vocacional. Respecto a la vida universitaria, interrupción de los estudios y gastos realizados por los estudiantes, resalta que el 8.2% de los estudiantes de las 18 universidades públicas interrumpió sus estudios alguna vez, reportándose un porcentaje ligeramente más alto en el caso de los hombres. Al examinar con mayor profundidad por área de conocimiento, se identificó que, en los casos de Ciencias Naturales, Exactas y Computación, se presentan los mayores porcentajes de interrupción de estudios, mientras que Ciencias Sociales, Comerciales y Derecho presentan las menores proporciones. En relación a los motivos que conllevan a la interrupción de estudios universitarios, el 28.5% de los estudiantes de las 18 universidades públicas señaló que la razón principal fue la falta de recursos económicos, seguida por motivos familiares y por enfermedad y/o accidente. Por su lado, a nivel de los gastos incurridos, se identifica que el 49.2% incurrió en gastos por concepto de matrícula, mientras que el 59.7% realizó gastos en el servicio de alimentación fuera de casa en una semana normal durante un ciclo académico, un 65.2% requirió de recursos para solventar materiales de estudio y un 56.7% invirtió en transporte. Finalmente, el gasto promedio semanal en el alquiler de vivienda fue 82 soles, en transporte 33 soles, en alimentación 48 soles y en materiales de estudio 39 soles. | es_ES |