dc.description.abstract | Durante los últimos dos años, en el contexto de la pandemia de COVID-19, se han producido cambios que han afectado la vida de niñas, niños y adolescentes (NNA). Debido al cierre de las escuelas, NNA han pasado abruptamente de asistir a clases presenciales a recibir una educación remota. El uso de la tecnología y medios digitales se ha convertido en una necesidad para la prestación del servicio educativo, lo cual ofrece diversas oportunidades para la mejora de los aprendizajes, el desarrollo personal,
y la promoción de nuevas formas de interacción y colaboración social; sin embargo, la interacción en entornos digitales expone también a NNA a posibles riesgos, los que se exacerban para quienes cuentan con poca o ninguna experiencia previa navegando en ellos, sobre todo aquellas NNA que viven en situación de vulnerabilidad. La evidencia disponible da cuenta de que, históricamente, muchas NNA han atravesado diversas situaciones de violencia tanto en la escuela como en sus hogares. Esto es particularmente preocupante, pues las prácticas que atentan contra la integridad de NNA, tales como situaciones de abuso por parte de los adultos en el entorno próximo, acoso entre pares o posible exposición a explotación sexual, encuentran en la virtualidad un espacio para alcanzar a los menores. Esta situación, a su vez, sugiere que la violencia en los entornos digitales sería una extensión de la violencia que se reproduce en otros ámbitos sociales y escolares. | es_ES |