dc.description.abstract | El caso de la ciudad de Trujillo es bastante especial, pues su reconocido crecimiento económico ha venido acompañado de un incremento de la percepción de inseguridad y de la victimización entre la ciudadanía. Encontramos que, a pesar de la mejora en la economía de la región, persisten enormes desigualdades económicas, laborales, educativas, entre otras; que hacen que segmentos de la población vivan en condiciones precarias y bajo una sensación de «injusticia social». Así, por ejemplo, en lo que respecta al empleo, mientras que en Trujillo distrito el porcentaje de la población económicamente activa (PEA) compuesto por profesionales, científicos e intelectuales es de 21,6%, en El Porvenir es de 4%. En sentido contrario, mientras que en El Porvenir el porcentaje de la PEA representado por obreros u operadores en actividades mineras o industrias manufactureras es de 30,6%, en Trujillo distrito es de 9%. En educación, en El Porvenir solo el 56,32% de su población culmina la secundaria, mientras que en Trujillo distrito el porcentaje es de 83,58%. En el distrito de El Porvenir, un porcentaje mínimo de jóvenes cursan o cursaron estudios superiores; más aún, de cada cien jóvenes, solo tres terminaron la universidad. Según el índice de desarrollo humano (IDH), La Libertad ocupa el puesto ocho a nivel nacional y Trujillo como provincia el puesto 11; sin embargo, El Porvenir se sitúa en el puesto 370 entre todos los distritos del Perú. Mientras Trujillo distrito tiene un IDH cercano a distritos como Barranco o Magdalena del Mar, El Porvenir tiene un IDH parecido al de distritos rurales como Muquiyauyo (Junín) o San Miguel de Acos (Lima). Especial atención merecen las consecuencias negativas que los prejuicios y estereotipos traen a los jóvenes de este distrito. Los jóvenes que deciden con determinación y constancia estudiar o trabajar fuera de su distrito suelen encontrar más de una persona que lo juzga por su distrito de origen, por los vecinos tristemente «famosos» —que ellos no eligieron tener— o por las noticias que sobre su distrito informaron el día anterior. Probablemente, el solo hecho de consignar su distrito de origen como residencia reduce las oportunidades laborales o fuerza a que se deba superar la sospecha de estar vinculado a acciones delictivas. El estigma impuesto sobre estos jóvenes es, en sí mismo, una injusticia tan grande como el tener que salir adelante en medio de un ambiente precario y en muchos casos hostil. | en_US |